Una cumbre para renovar la conciencia de Europa

El 16 y 17 de mayo de este año se celebrará en Reikiavik (Islandia) una cumbre de jefes de Estado de Gobierno del Consejo de Europa, que se anuncia como una oportunidad histórica para renovar la democracia y reforzar los derechos humanos en Europa. Esta cumbre será la cuarta que se celebra en los 73 años de historia del Consejo de Europa, creado por el Tratado de Londres el 5 de mayo de 1949 y erigido como la principal organización internacional de derechos humanos en Europa.

Aferrado a los valores fundamentales europeos encarnados en los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho, hasta hace poco el Consejo de Europa ejercía como puente entre visiones radicalmente heterogéneas, incluso difícilmente convergentes, presentes en el paisaje europeo. De forma indiscutible, la aplicación del Convenio Europeo de Derechos Humanos y la Carta Social Europea, como pilares centrales de la organización, han permitido una trayectoria continuamente ascendente de reconocimiento y protección de los derechos humanos en Europa.    

No obstante, esta trayectoria se vio fuertemente afectada por la agresión rusa contra Ucrania el 24 de febrero de 2022. Dicho ataque trajo consigo la expulsión definitiva de Rusia como miembro del Consejo de Europa el 16 de marzo, así como su cese como parte del Convenio Europeo de Derechos Humanos (ver reflexión del Ararteko al respecto). La salida de Rusia redujo la membresía a la organización a 46 Estados y sumió al Consejo de Europa en un periodo de reflexión sobre su futuro.

En este contexto, el Consejo de Europa constituyó un Grupo de reflexión de alto nivel que, presidido por Mary Robinson, antigua Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y antigua presidenta de Irlanda, elaboró hasta treinta recomendaciones para facilitar la respuesta efectiva a los retos que presenta la guerra de Ucrania. A la cabeza de la lista de recomendaciones se encuentra la celebración de una cumbre, donde los Estados miembros se comprometan, al más alto nivel, a los valores fundadores del Consejo de Europa y definan el papel de la organización en la nueva arquitectura geopolítica europea.

Por lo que concierne al mandato del Ararteko, cabe además destacar el papel crucial que atribuye el mencionado Grupo de reflexión a las instituciones nacionales de derechos humanos y defensorías del pueblo, para aplicar a nivel nacional el acervo del Consejo de Europa y, de manera esencial, el Convenio Europeo de Derechos Humanos, una línea respecto a la cual esta institución ha tomado conciencia y en la que está trabajando intensamente, tratando de  incorporar activamente estos estándares a toda su actividad jurídica.  

En noviembre de 2022, el Comité de Ministros del Consejo de Europa aprobó la decisión de celebrar la cuarta Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno en Reikiavik. En preparación de dicha cumbre, los distintos componentes del Consejo de Europa han comenzado a posicionarse y a hacer públicos sus observaciones de cara a la reunión, como se resume a continuación:

  • La Comisaria Europea de Derechos Humanos indica que la Cumbre debe priorizar el abordaje de los efectos adversos que el declive del Estado de Derecho y la democracia está teniendo en la protección de los derechos humanos de todas las personas. Más allá de reconocer la centralidad que debe tener la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, la Comisaria destaca la necesidad de reforzar el cumplimiento por parte de los Estados de las decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos; promover el desarrollo de instrumentos legales adecuados para la lucha contra el cambio climático; luchar contra la amenaza que supone la reacción contra la igualdad de género, en parte facilitada por la tecnología; y comprometerse a fortalecer los derechos económicos y sociales hacia una mayor igualdad.
  • La Secretaria General del Consejo de Europa asegura que la situación en Ucrania debe ser el centro de la cumbre, al tiempo que destaca la necesidad de impulsar los valores de la organización para fortalecer los estándares medioambientales y asegurar que la inteligencia artificial no supone un riesgo para el disfrute normal de los derechos fundamentales.
  • La primera ministra de Islandia, y anfitriona de la cumbre, señala que su prioridad será dar visibilidad a los derechos de las mujeres y niñas, el medio ambiente y la juventud, en lo que espera sea una cumbre que produzca decisiones significativas que guíen la labor de la organización ante los retos más urgentes, como el impacto en los derechos humanos de la crisis climática y los rápidos cambios tecnológicos.