Declaración institucional del Ararteko con motivo del Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura
26 de junio 2023
Al Ararteko le corresponde difundir la cultura de los derechos humanos para prevenir delitos tan graves como la tortura, impedir su olvido e impunidad, así como para promover el ejercicio del derecho a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas
La tortura es un crimen contra la humanidad, imprescriptible. Destruye la integridad física y la personalidad de la víctima, despreciando la dignidad inherente al hecho de ser persona. Su prohibición es absoluta y no puede justificarse en ninguna circunstancia. En este sentido, las Naciones Unidas, la comunidad internacional en su conjunto, han condenado siempre su práctica como uno de los actos más aborrecibles que un ser humano puede cometer contra otro ser humano.
A la luz de los estándares internacionales más recientes, el Ararteko, como todas las defensorías, tiene la encomienda de ejercer un mandato proactivo en la promoción y la protección de los derechos humanos. De acuerdo con este mandato, le corresponde difundir, en su ámbito de intervención, la cultura de los derechos humanos con el fin de prevenir que delitos tan graves como la tortura se perpetúen; impedir su olvido e impunidad; facilitar el ejercicio del derecho a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas, absteniéndose, eso sí, de interferir en las funciones judiciales. Según el Derecho internacional, la noción de víctima tiene que ser interpretada de manera amplia pues se trata de un concepto que no exige que la persona responsable del daño (en el delito de tortura, el funcionario público o la persona en el ejercicio de funciones públicas) haya sido identificada o declarada culpable.
El Ararteko reconoce los pasos positivos dados por los poderes públicos de Euskadi para el reconocimiento y la reparación de las víctimas de tortura, entre los que hay que resaltar el Informe final del proyecto de investigación de la tortura y malos tratos en el País Vasco entre 1960 y 2014, el cual recoge que hubo 4.113 denuncias de casos de tortura en dicho periodo en Euskadi; el Decreto 107/2012 y la posterior Ley 12/2016 de reconocimiento y reparación de las víctimas de violencia de motivación política.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha insistido, en numerosas sentencias, en la obligación positiva que imponen las normas europeas de investigar exhaustivamente las denuncias de las personas que alegan haber sufrido tortura, tratos o penas inhumanos o degradantes. Por lo tanto, cualquier acto de obstaculización de la investigación u ocultamiento de información en este ámbito vulnera la normativa internacional. También la negativa o la pasividad a la hora de cumplir con la obligación de investigar. La alta jurisdicción europea ha declarado que España incumplió repetidamente sus obligaciones de investigación.
El derecho internacional impulsa la reparación efectiva a las víctimas de la tortura, incluyendo la restitución, la indemnización, la rehabilitación, la satisfacción y las garantías de no repetición.
Así el ensalzamiento o la justificación de la tortura son incompatibles con la garantía de no repetición de actos tan abominables. Aún más lo son los indultos, honores públicos o promociones profesionales a quienes hayan sido condenados o aparezcan implicados en situaciones fehacientemente reconocidas como tortura.
La percepción social de impunidad o el blanqueamiento de crímenes que repugnan la conciencia humana corroen los fundamentos de un Estado democrático de derecho.
Por todo ello. con motivo de esta efeméride el Ararteko invita a las instituciones vascas a perseverar en sus políticas y gestos de apoyo hacia todas las víctimas, de forma inclusiva y con respeto a las directrices del derecho internacional de los derechos humanos, manteniendo siempre vigente el ineludible reconocimiento de los derechos de las víctimas de tortura en Euskadi. Es el único camino para prevenir la repetición de actos tan abominables.
Vitoria-Gasteiz, 25 de junio de 2023