Declaración Institucional del Ararteko con motivo del Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez

15 de junio de 2014

En el Día Mundial de la toma de conciencia del abuso y mal trato en la vejez, el Ararteko expresa su más firme condena y repulsa por estos actos y muestra su empatía y solidaridad con todas aquellas personas mayores que los padecen. Hace un llamamiento a las personas afectadas, a la ciudadanía en general y a las y los profesionales a adoptar una actitud proactiva y de denuncia contra esta lacra social.
Venimos entendiendo por este tipo de mal trato cualquier acción única o repetida -o la falta de la respuesta apropiada- que causa daño o angustia a una persona mayor y que ocurre dentro de cualquier relación donde hay una expectativa de confianza.

Los estudios realizados en el ámbito de la CAPV nos hablan de 13.249 personas que podrían estar sufriéndolo.

El respeto a la dignidad de la persona mayor como ser único, a sus derechos, a sus preferencias, y la búsqueda de su bienestar son valores esenciales que deben inspirar cualquier modelo de atención, bien se desarrolle dicha atención en el ámbito familiar o en una institución pública o privada.

Las administraciones públicas vascas han de velar por la materialización de esos principios. Ello demanda una mayor sensibilización y formación, formulación de nuevos roles profesionales, revisión de algunos sistemas organizativos, profundización en el apoyo a las personas cuidadoras del entorno familiar, diseño de programas de prevención, detección e intervención acordes con ese objetivo y en definitiva, una apuesta decidida por priorizar la protección social y sanitaria.

El instrumento de detección para la CAPV puesto en marcha en fechas recientes constituye un nuevo paso que requiere de la implicación y coordinación de los distintos servicios para garantizar su eficacia.
La importante contribución de las personas mayores a la sociedad en diversos campos -transmisión del conocimiento y la experiencia, formación, creatividad etc.-, así como el papel innegable que desempeñan en el cuidado y el apoyo familiares deben verse reflejados en el desarrollo de políticas públicas que favorezcan su participación y muestren la vejez como una etapa vital llena de potencialidades; políticas que reconozcan su contribución a la trasformación social y otorguen a las personas mayores el protagonismo y la capacidad de intervención social y de interlocución que merecen.

El respeto a nuestras personas mayores es responsabilidad de toda la ciudadanía. Se dice que la grandeza de un pueblo se mide por el respeto a sus mayores. Hagámoslo realidad.

Vitoria-Gasteiz, 15 de junio de 2014