Informe extraordinario: "Convivencia y conflictos en los centros educativos"

Presentación del Informe extraordinario del Ararteko sobre "Convivencia y conflictos en los centros educativos"

 El porqué de este informe

Presentamos hoy un informe sobre la convivencia, los conflictos y la confrontación entre iguales en los centros de Educación Secundaria de nuestra Comunidad.

Aprender a convivir, sin violencia, respetando a todas las personas, independientemente de cómo sean, es un objetivo básico de la educación: del sistema educativo, pero también de la sociedad en su conjunto. No es sólo una cuestión de buena o de mala educación. Es una cuestión de derechos, de derechos esenciales, puesto que afectan a la dignidad básica de las personas. De ahí que la institución del Ararteko -en este caso, en paralelo con la del Síndic de Greuges de Catalunya-, en cuanto defensora de los derechos de las personas, haya decidido analizar en profundidad el tema y presentar sus conclusiones y recomendaciones en este informe extraordinario.

Pero hay también otra razón que nos ha animado a abordar en profundidad el tema de la convivencia y la violencia en la escuela: el que existe una preocupación social creciente respecto a esta cuestión, que incluso podría ser calificada de "alarma social". En ese contexto de preocupación social, e incluso de alarmismo, parecía importante aportar un mayor o mejor conocimiento sobre la realidad de nuestros centros y, basándonos en él, plantear una serie de recomendaciones que puedan ayudar a mejorar el clima escolar y la convivencia en los centros. Este es el objetivo básico del informe que hoy presentamos.

¿Qué hemos investigado?

Muchas de las noticias, debates y preocupaciones sobre el uso de la violencia en el contexto escolar se relacionan con el llamado "bullying". Hay que advertir que este informe no es sobre el bullying. O, más exactamente, que el estudio realizado no se ha limitado a él. Pretende analizar el clima escolar en su conjunto: las relaciones entre iguales, sí; pero también las relaciones entre el profesorado y el alumnado, entre estos y las familias¿ Es decir, el conjunto de relaciones que se dan en el ámbito de la comunidad educativa entre sus diferentes miembros, incluyendo conductas, como la disrupción o falta de disciplina, que alteran el buen funcionamiento de los centros.

En cuanto a los conflictos de convivencia, hemos investigado, básicamente, seis tipos: disrupción; agresiones de los estudiantes hacia el profesorado; agresiones de los docentes al alumnado; maltrato entre iguales; vandalismo; absentismo. Y en cada uno de ellos, sus diferentes manifestaciones. En el maltrato entre iguales, por ejemplo: insultar, pegar, ignorar o rechazar, amenazar o chantajear, robar o romper cosas, acosar sexualmente¿ Pero también se ha analizado el clima general, las normas, las actuaciones de mejora de la convivencia, los valores, etc.

¿ Las fuentes de información

El elemento central del informe lo constituye la investigación llevada a cabo el curso pasado (2005-2006) en una muestra de 80 centros de Educación Secundaria de nuestra Comunidad, mediante cuestionarios, entrevistas y grupos de discusión.

La parte cuantitativa de este estudio (cfr. Cap. 3) ha supuesto el análisis de las respuestas dadas a sendos cuestionarios (cfr. Anexo II) por parte de 1.707 alumnos/as de 2º de ESO, 1.616 de 4º de ESO, 2.782 familias, 1.257 profesores/as y 80 directores/as.

La parte cualitativa (cfr. Cap. 4) se ha centrado en diez centros, seleccionados de acuerdo con una serie de factores, en los que se han llevado a cabo entrevistas y grupos de discusión específicos con cada uno de los sectores (alumnado de cada ciclo, padres-madres, profesorado).

Sin embargo, especialmente a la hora de plantear nuestras recomendaciones, se han tenido también en cuenta otras fuentes de información complementarias como, por ejemplo, las consultas y quejas recibidas en los dos últimos años sobre posibles situaciones de acoso o maltrato y las investigaciones llevadas a cabo para su esclarecimiento, lo que ha permitido detectar ciertas limitaciones en los procedimientos.

 Lo más llamativo y los aspectos más preocupantes

Si tenemos en cuenta la alarma social que parece existir sobre la violencia en los centros, las noticias que a veces aparecen en los medios de comunicación, o incluso los resultados que determinadas investigaciones ofrecen, seguramente lo más llamativo del estudio realizado es que todos los componentes de nuestra comunidad educativa (alumnado, profesorado, familias¿) se muestran razonablemente satisfechos del clima escolar que perciben en sus propios centros. Sus respuestas son más críticas cuando se les pregunta por el clima general del sistema educativo o por su posible deterioro, pero en cuanto a su propio centro -lo que mejor conocen- las valoraciones son muy positivas. Sirva como ejemplo el dato de que un 82% de las familias no cambiaría a su hijo/a de centro, o que el 93,4% de ellas se muestra muy satisfecha de que su hijo o hija estudie en el centro en el que está.

Desde la perspectiva garantista de derechos que corresponde a la institución del Ararteko, sin embargo, debemos insistir en los elementos negativos y especialmente en aquellos que pueden tener graves consecuencias o incidir en los derechos básicos de las personas. Desde esta perspectiva, bastaría con que un solo miembro de la comunidad escolar fuese marginado, amenazado, agredido o humillado para que nuestra preocupación e intervención tuviera fundamento. Y los datos muestran que este tipo de situaciones, expresión casi siempre de un abuso de poder, son, desgraciadamente, frecuentes.

Entre los diferentes elementos de preocupación que nos ofrece, podemos destacar los siguientes:

  1. El divorcio que se observa entre el profesorado y las familias.

    Las familias, por ejemplo, tienen una visión muy idílica de las relaciones entre docentes y alumnado; consideran que sus hijos e hijas apenas plantean problemas; son, en cambio, mucho más críticas con las actuaciones del profesorado, etc. La mayoría del profesorado (54%), por su parte, atribuye los problemas de disciplina o de violencia en los centros al hecho de que las familias son excesivamente permisivas y no marcan ningún límite a las conductas de sus hijos¿ Si tenemos en cuenta que la colaboración y la sintonía entre familias y profesorado es uno de los factores clave para mejorar la convivencia y el clima de los centros, estas divergencias resultan enormemente preocupantes.
     
  2. La escasa participación de algunos sectores en la elaboración, revisión y aplicación de las normas que regulan la convivencia en los centros.

    La valoración del alumnado y de las familias -incluso de quienes participan directamente en órganos como las comisiones de convivencia - es que sus posibilidades de intervenir en la revisión de las normas o de los criterios de aplicación es muy limitada en comparación con la capacidad de decisión del profesorado.
     
  3. La consideración de determinadas conductas como "normales", lo que pone en cuestión una serie de valores básicos, esenciales para una convivencia respetuosa.

    Nos referimos, principalmente, a tres tipos de conductas que, según lo analizado, resultan bastante habituales y son justificadas -a veces por razones sorprendentes- por buena parte del alumnado:
     
    • La disrupción o indisciplina, que es una de las causas más extendidas del malestar docente.
    • Las agresiones a compañeros o compañeras, sin valorar las consecuencias negativas que puedan tener para ellos.
    • La aceptación del papel de testigo impasible de los hechos de quienes, normalmente por miedo a las consecuencias, miran hacia otro lado, sin apoyar a quien sufre ni colaborar con los adultos responsables.
       
    La combinación de estas conductas está teniendo un enorme coste personal, tanto en el alumnado como en el profesorado.
     
  4. La incidencia, no siempre positiva, que determinadas actuaciones de agentes externos a

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