Presentación del informe extraordinario "El papel de las instituciones vascas respecto a los consumos de drogas en la adolescencia"

Este informe responde a una petición del propio Parlamento Vasco y aborda una cuestión que suele ser objeto de debate y de preocupación social: la relación, muchas veces problemática, entre las drogas y los-las adolescentes.

En este caso no estamos ante un tema desconocido, sino ante una cuestión que ha sido investigada en numerosos estudios anteriores, al menos durante los últimos 25 años. Sirva como ejemplo la serie de estudios "Drogas y Escuela", que ya ha llegado a su séptima entrega. La mayoría de esos estudios, ya publicados, son epidemiológicos, y nos aportan los datos necesarios para conocer la evolución que va experimentando esa relación entre las personas menores de edad y las drogas.

El informe del Ararteko aprovecha esos datos, ya conocidos, pero quiere ir más allá: analiza, principalmente, cuáles están siendo las respuestas que las instituciones ofrecen a esas realidades cambiantes, con qué resultados, qué opinan sobre ellas los diferentes agentes, cuáles son las líneas de actuación que hay que reforzar o que exigen mejoras¿

El cuadro que el informe ofrece puede parecer, a primera vista, contradictorio: existe una gran implicación de las instituciones (entes locales, centros escolares¿), con numerosos programas e iniciativas dirigidas a la población adolescente con el objetivo de reducir sus consumos de drogas o, al menos, los riesgos asociados a ellos; y, sin embargo, los consumos y las prácticas de riesgo se mantienen año tras año e, incluso, a veces aumentan en determinadas edades o respecto a determinadas sustancias. Así, por ejemplo, durante cada uno de los últimos cursos, las actividades de prevención llevadas a cabo en nuestros centros escolares alcanzaron a más de 100.000 alumnos y alumnas de todos los niveles e implicaron a más de 6.000 profesores-as. De hecho, el 74% de los estudiantes de 2º ciclo de la ESO, o el 83% de los de Bachillerato dicen haber recibido información sobre drogas en su centro educativo.

Y, sin embargo, los datos sobre consumos son tercos: entre los y las escolares de la CAPV, un 28% fuma, aunque el mayor porcentaje de fumadores/as (7,5%) afirma que consume entre 1 y 5 cigarrillos diarios. El 40,5% de la juventud ha probado alcohol 40 o más veces a lo largo de su vida. Un 24,8% ha seguido haciéndolo con la misma frecuencia durante el último año y un 3,4% consume a diario, ya que ha ingerido alcohol 40 o más veces a lo largo del último mes. El 44,5% ha probado el hachís a lo largo de su vida, el 35,5% a lo largo del último año y el 26% en el último mes. De entre las personas habituadas (último mes), un 8,2% podría ser considerada consumidora de riesgo de cannabis. La droga ilegal que ocupa el segundo lugar en la experimentación es la cocaína, seguida de las anfetaminas.

Pero, aunque es cierto que la mayoría de la población escolar experimenta en algún momento con drogas (especialmente con el tabaco, el alcohol o el cannabis), resulta igualmente cierto que no continúa consumiéndolas de forma periódica a lo largo del tiempo. Es importante, por tanto, que diferenciemos entre consumos esporádicos, consumos habituales, consumos de grave riesgo, dependencia¿ Afortunadamente, una buena parte de la población adolescente o no consume o practica un consumo esporádico, asociado muchas veces a su propio proceso evolutivo, a modo de experimentación o como una forma de integración en el grupo de iguales. Esto no significa que vaya a ser en el futuro una persona drogodependiente.

El informe se estructura en dos grandes partes con entidad propia: una primera, centrada en los Datos, y una segunda, en la que se recogen y analizan las Opiniones.

En su parte final se ofrecen algunos capítulos que podríamos llamar de síntesis (como el cap8 de Conclusiones o las propias Recomendaciones del Ararteko, cap9), así como un capítulo (7) en el que se presenta una amplia muestra de programas llevados a cabo en algunos países europeos, como ejemplo de buenas prácticas.

Respecto a los Datos el informe hace un recorrido histórico sobre las pautas de consumo en nuestro entorno (cap1), ofrece un análisis de los sucesivos planes de drogodependencias (cap2), resume los principales datos de consumo de sustancias entre la población escolar (cap3), y a partir del capítulo 4 diferencia con claridad las principales "áreas" y "ámbitos" de intervención. Básicamente las áreas de Prevención Universal y Prevención Selectiva, y dentro de estas áreas, los ámbitos escolar, familiar y comunitario, por ser los entornos que agrupan a la población juvenil por excelencia. Sigue, por tanto, la estructura utilizada en muchos de los planes de drogodependencias y, en concreto, en el V Plan (último aprobado hasta la realización del estudio). También en las recomendaciones del Ararteko hemos seguido de algún modo ese mismo esquema.

Respecto a las Opiniones, hay un capítulo o apartado (5.3) sobre el que nos gustaría llamar especialmente la atención: el capítulo dedicado a recoger la voz de los propios adolescentes, de las propias adolescentes. En él se ofrecen sus opiniones sobre múltiples cuestiones: qué entienden por prevención; a quién consideran una persona toxicómana; cuáles son sus motivos para consumir; si les resulta fácil acceder a las drogas; cómo influye la edad o el sexo en los consumos; cuál es su "clasificación" particular de las drogas; cómo valoran la intervención de diferentes agentes sociales (como la policía, la escuela, la familia, los medios de comunicación¿). En este tema, y en todos los que les conciernen, nos parece muy importante recoger la voz y las propuestas de las personas menores de edad, conocer de forma directa sus opiniones.


Así, por ejemplo, sabemos que:

- Desean obtener información sobre las drogas de forma activa, participativa.
- Valoran como persona adicta a aquella que consume drogas -legales o ilegales- sólo en fines de semana o para seguir el ritmo de vida cotidiano.
- La principal motivación para el consumo es la de prolongar así el tiempo de ocio y disfrute.
- No tienen dificultades para conseguir la sustancia que deseen consumir.
- Consideran que la experimentación con el alcohol es cada vez más temprana.
- Tienen una imagen negativa de la mujer que consume.
- Defienden mayoritariamente la legalización del cannabis.
- Creen que la ley antitabaco no cumple eficazmente con sus objetivos.
- Tienen sus propios códigos respecto a qué consumos son tolerados o no en el grupo.
- Siguen considerando a la familia como el principal referente.
- Detectan una gran contradicción entre el discurso adulto, que defiende la abstinencia de drogas en la juventud, y la conducta que los adultos y adultas mantienen¿

En todo caso, como es natural, el informe (cap. 5 y 6) recoge también las opiniones de otros agentes sociales como las familias, el profesorado y otras instancias sociales relacionadas con la población menor de edad.

Nos parece muy importante analizar los consumos de drogas de la adolescencia no como un fenómeno aislado, sino en nuestro propio contexto social.

Entre las diferentes drogas presentes en nuestra sociedad hay que recordar que, desde el punto de vista de la legalidad y de las prácticas sociales, se dan situaciones muy diferentes: existen drogas legales y drogas ilegales; consumos admitidos -y hasta bien vistos socialmente- y consumos prohibidos o mal vistos; consumos o compras que son legales para las personas mayores pero ilegales para las personas menores; lugares donde la venta y consumo de sustancias está regulada y lugares donde está prohibida¿ Valoraciones y prácticas no siempre exentas de contradicciones.

Si en esta sociedad, en la que casi todas las personas consumen alguna droga, aunque sólo sea esporádicamente, dedicamos una especial atención y preocupación a los consumo


Documentos relacionados

El papel de las instituciones vascas respecto a los consumos de drogas de la adolescencia